viernes, 27 de abril de 2012

El dinero no lo es todo

En la última película de Woody Allen estrenada en nuestro país, Midnight in París, el protagonista Gil Pender, interpretado por Owen Wilson, conoce en uno de sus paseos nocturnos por la capital francesa a diversos artistas de aquellos fructíferos años 20. Entre ellos, cabe destacar los pintores Pablo Picasso y Salvador Dalí, el torero Juan Belmonte, el novelista Ernest Hemingway y el escritor F. S. Fitzgerald. Quizá el menos conocido para el gran público sea éste último, pero no por ello es el menos importante.

Francis Scott Fitzgerald fue un novelista estadounidense de la época del jazz y uno de los representantes más relevantes de la Generación Perdida. De sus obras destaca sobre las demás El gran Gatsby, publicada en 1925.

Al principio la novela no tuvo mucho éxito, vendiéndose apenas 24.000 ejemplares. Fue a partir de los 50, con el escritor ya fallecido, cuando consiguió una mayor acogida por parte de los lectores, llegando incluso a ser considerada en la actualidad como una de las obras más importantes de la literatura norteamericana del siglo XX.

El gran Gatsby es sobre todo un retrato de la alta sociedad norteamericana del Jazz Age. A través de Nick Carraway, un joven que llega a Long Island para buscarse la vida como agente de bolsa, conocemos a Jay Gatsby, un solitario multimillonario con un oscuro pasado que a pesar de su riqueza solo quiere reencontrarse con su antiguo amor.

Esta novela se convierte en una gran fábula sobre el sueño americano, abordando temas como la ambición, la hipocresía y las falsas amistades. Nos enseña que no debemos guiarnos por las apariencias en un mundo donde no todo es lo que parece y las envidias son las protagonistas.

Cuatro pinceladas

La frase: Cada vez que te sientas inclinado a criticar a alguien ten presente que no todo el mundo ha tenido tus ventajas.

El momento: Cuando Jay Gatsby, hecho un manojo de nervios, se reencuentra con el pasado en casa de su vecino Nick Carraway.

El personaje: El inocentón George Wilson, al que nadie toma en serio, incluida su mujer.

La anécdota: El nombre de la popular saga de videojuegos The legend of Zelda es en homenaje a Zelda Fitzgerald, mujer del escritor.

El gran Gatsby ha sido llevada al cine en cuatro ocasiones, aunque con diferentes resultados. Para este año se tiene previsto el estreno de una nueva adaptación de la novela, dirigida por Baz Luhrmann (autor, entre otras, de películas como Romeo y Julieta y Moulin Rouge) y protagonizada por dos grandísimos actores, Leonardo Di Caprio y Carey Mulligan.

viernes, 20 de abril de 2012

La rebelión frustrada

Rebelión en la granja tuvo grandes dificultades para su publicación debido a la época en la que se escribió, en 1945. Fue rechazada por diversos editores, pero nunca se llegó a saber la razón de ese rechazo. Tan sólo uno lo hizo por razones ideológicas.

El ministerio de Información intentó impedir por todos los medios su publicación porque la consideraba peligrosa. Podía haber estado dedicada a todos los dictadores y a todas las dictaduras, pero no fue así. La trama sigue fielmente el curso histórico de la Rusia de los Soviets.

Aunque Rebelión en la granja fue concebida como una despiadada sátira al estalinismo, el carácter abierto y universal de su mensaje hace de este libro un  análisis de la corrupción que engendra el poder. Se establece una crítica al totalitarismo. Es una fábula sencilla, fácil de leer. Aborda el problema del poder, la revolución traicionada. Es un examen de las manipulaciones que sufre la verdad en momentos de transformación política.

El propio autor, George Orwell, estuvo políticamente comprometido ante las injusticias que se producían en la difícil época que le toco vivir. Este escritor británico, de origen indio, posee una forma de escribir ligera, directa, llega fácilmente al público por su prosa viva. Sin preocuparse por la palabra, sólo de la narración. Rebelión en la granja fue la obra que le dio a conocer como escritor, su obra de madurez.

“Mientras Clover miraba ladera abajo, se le llenaron los ojos de lágrimas. [...] Si ella hubiera concebido un cuadro del futuro, sería el de una sociedad de animales liberados del hambre y del látigo, todos iguales”. Esto es ese recuerdo de lo que iba a ser y no fue, de la rebelión frustrada. Es el reflejo de lo que en un principio todos los animales de la “Granja Animal” creían que podían llegar a conseguir: vivir en libertad y en total armonía. La rebelión era un símbolo de la victoria de trabajadores sobre la clase dominante. El abuso de poder provoca la degradación del sistema. Nadie cabía esperar lo que el futuro les trajo. ¿Si hubiese sabido el Viejo Mayor las consecuencias de la rebelión cuando emitió el discurso, se hubiera negado a iniciarla? ¿O hubiera seguido a pesar de todo?

Toda la obra es un mundo simbólico. Los personajes históricos aparecen representados por animales, sin importar especie. Los grandes protagonistas del siglo desempeñan un papel principal: el Zar de Rusia encarnado en el señor Jones, Hitler es el Señor Frederick, Napoleón es Stalin y Snowball, Trotsky. Los cerdos son los seres influyentes, los intelectuales.

El libro plantea el eterno dilema. ¿Se puede vivir sin el abuso de poder de aquellos que lo poseen? Para poder vivir en libertad e igualdad se empieza por la equidad en el poder. Ante todo, la sociedad viviría mejor si la mayor preocupación fuera el prójimo y no uno mismo.

miércoles, 18 de abril de 2012

Los libros de una gran serie

Queramos o no todos hemos escuchado, leído o visto algo relacionado con la popular serie Mad men. Este producto televisivo, creado por Matthew Weiner, ha conseguido ya cuatro Globos de Oro y quince Emmy, y seguro que seguirá cosechando éxitos.

Su historia, su estilo y sus peculiares personajes han sido los ingredientes fundamentales que han enganchado a millones de espectadores a seguir semana tras semana las aventuras de Don Draper y compañía.

Mad men además de influir fuertemente en la moda más actual, extiende sus tentáculos a los hábitos de lectura. No sólo están triunfando las obras publicadas que abordan detalles de la serie sino que sus personajes se han convertido en prescriptores literarios. ¡Os ponemos algunos ejemplos!

- El amante de Lady Chatterley, del escritor británico David Herbert Richards Lawrence.

Constance Chatterley está casada con sir Clifford, un hombre adinerado que acude a luchar a la Primera Guerra Mundial. Fatalmente, Clifford es herido y se queda paralítico. A su vuelta, y retirados en una gran casa de campo, Constance ve cómo su vida y juventud se le escapa. Todo lo que su marido ya no puede darle lo encontrará en otro hombre, Oliver Mellors.

La obra fue publicada por primera vez en Italia en 1928 y no llegó a Reino Unido hasta los 60 porque abordaba algunos temas tabús como las relaciones extramatrimoniales y escenas subidas de tono. Muchas mujeres lo leían a escondidas.


- El espía que surgió del frío, del inglés John Le Carré.

La novela se desarrolla en Inglaterra y Alemania a principios de la década de 1960. El protagonista de la obra, Alec Leamas, espía británico durante los primeros años de la guerra fría en Berlín, recibe de su superior dirigir una misión que resultará ser más complicado de desarrollar de lo que él creía.
La novela refleja los interiores, un tanto turbios, del espionaje internacional.



- El grupo, de la estadounidense Mary McCarthy

Este libro narra la historia de ocho estudiantes que tras finalizar sus estudios, deben enfrentarse a la vida adulta. Kay, Dottie, Pokey, Helena, Libby, Priss, Lakey y Polly representan a aquellas primeras generaciones de mujeres para las que la formación recibida era algo más que un adorno personal, y el matrimonio no era su único objetivo en la vida.

La novela presenta numerosas notas autobiográficas y retrata muy bien muchos de los problemas y prejuicios de la sociedad norteamericana de los años 30.


Si quieres conocer otros libros de los personajes de la serie, consulta la lista que The New York Public Library ha publicado en su web.

Elisabet Jiménez

viernes, 13 de abril de 2012

No eran más que niños

La última novela de Lorenzo Silva, Niños feroces, es algo más que un buen relato, es un paseo por la historia de Europa y de España, en particular. Habla de la II Guerra Mundial, pero sobre todo, de la lucha del hombre por sus ideales.

Niños feroces narra de forma clara y ágil el viaje iniciático de Lázaro, un joven aspirante a escritor. El protagonista pretende escribir una novela, pero no es capaz de encontrar una buena historia que contar. Su profesor Lázaro (no es una errata, también se llama así) le regala la de Jorge García Vallejo, un adolescente madrileño que en 1941 participa en la primera expedición de la División Azul.

El joven Lázaro irá descubriendo poco a poco al idealista Jorge, que vivió en primera persona la cruenta batalla de Krasny Bor, donde cerca de 4.000 voluntarios españoles fallecieron luchando junto al ejército nazi. Éste solo era el principio del fin de una vida sin juventud defendiendo los ideales alemanes.

A lo largo del relato asistimos de manera magistral a una valiosa lección de la División Azul. Lorenzo Silva consigue a través de una minuciosa documentación transformar un ensayo en una novela que atrapa desde la primera página.

Es un libro muy recomendable para aquellos que tengan alma de escritor. A lo largo de sus páginas asistimos a las dificultades y dudas que surgen durante la creación de una obra literaria. Nos enseña la evolución que sufre una novela, desde la idea original hasta su redacción final.

Cuatro pinceladas

La frase: Volvería para contarlo, al contrario que otros muchos.

El personaje: El capitán Aramburu porque sin él nuestro protagonista Jorge no viviría para contar la historia de su vida.

El momento: La primera vez que Jorge García Vallejo dispara con un fusil. En ese preciso instante se siente feliz sabiendo que ha encontrado su lugar en el mundo.

La anécdota: La idea de escribir esta historia surgió de un obituario publicado en la prensa.

P.D.: Es un libro para saborear palabra por palabra, pararnos a pensar en los matices que trata de expresar el autor y, si se puede y se tienen ganas, buscar las referencias bibliográficas y cinematográficas que aparecen a lo largo de la narración para ampliar conocimientos sobre el tema en cuestión.