viernes, 16 de marzo de 2012

Mi inseparable amiga

No me importa decirlo abiertamente: tengo una sola amiga, pero de las de verdad. Nunca me ha abandonado ni lo hará. Siempre ha estado ahí cuando más la he necesitado, tanto en los buenos como en los malos momentos. Más bien, jamás se ha separado de mí. Somos como dos almas gemelas.

La confianza que tengo en ella es inmensa. Sin decir ni una sola palabra ya sabe lo que quiero en cada instante. Podemos pasar juntos una eternidad sin cansarnos. Vamos al cine, leemos novelas, navegamos por Internet, vemos por televisión nuestros programas favoritos, es decir, hacemos prácticamente todo juntos. He vivido con ella más de lo que puedo vivir con el resto. Somos inseparables. 

Dicen que soy un chico raro, asocial, que no me relaciono con el resto. Y digo yo: “Si fuera así por qué hemos hecho tan buenas migas”. Ella nunca me ha echado en cara mi carácter, ni mucho menos. De hecho, le gusta que sea así. 

Lo único que le puedo reprochar es que si alguna vez he quedado con algún conocido ella nunca me ha acompañado. Además, en otras ocasiones, cuando me he parado a hablar con alguien es como si ella desapareciera, estuviera distante, y volviera al poco tiempo de irse la otra persona. Quizá sean celos.

No sé como agradecerle lo mucho que ha hecho por mí, por no fallarme. Espero que no me deje nunca. Gracias soledad, eterna compañera.

1 comentario:

  1. Casualidades de la vida, o no, conozco a tu amiga... Es una amiga común. Y sí, gracias, pero ¿a quién le tiro piedras a la cabeza por lo que ha dolido llegar a entender que es una amiga y no una enemiga?

    Igual estoy desbarrando... Pero me entiendo...

    ResponderEliminar