El pasado martes, día 15 de mayo,
una hemorragia masiva provocada por una úlcera gástrica se llevaba a la edad de
83 años al escritor mexicano Carlos Fuentes. Considerado como uno de los
literatos más conocidos de finales del siglo XX, Fuentes criticó duramente a lo
largo de su vida a México, su país, por sus problemas en la
construcción de una democracia más auténtica y moderna.
Por su extensa obra recibió
prestigiosos galardones como el Premio Nacional de Literatura de México en
1984, el Cervantes en 1987, el Príncipe de Asturias en 1994 y la Gran Cruz de
la Orden de Isabel la Católica en 2009. Este año 2012 fue nombrado Doctor
Honoris Causa en la Universidad de Baleares.
Carlos Fuentes nunca paró de escribir. En su amplia obra podemos
encontrar tanto narraciones teatrales, cuentos y ensayos como guiones cinematográficos, de los
que destacan El gallo de oro y Pedro Páramo, escritos junto al
colombiano Gabriel García Márquez. Pero, sobre todo, es conocido por sus
novelas, entre las que se encuentran La
muerte de Artemio Cruz (1962) y Gringo Viejo (1985).
Gringo Viejo
La muerte de Artemio Cruz
Novela
de gran intensidad temática, centrada en la reflexión sobre el México surgido
de la Revolución, que también analiza, con amargura, cuestiones tan universales
y permanentes como la soledad, el poder o el desamor. La mente del protagonista
transita durante toda la obra por la memoria y ésta se convierte en un símbolo
de salvación, es el espejo en el que el hombre se reconoce, el lugar de
encuentro con su pasado que es, a la vez, su futuro.
Gringo Viejo
Un escritor y periodista estadounidense, harto de
su vida, decide buscar una muerte gloriosa en medio de la Revolución mexicana.
Este gringo viejo eventualmente formará parte de la comitiva de Pancho Villa,
quien ha liberado tierras que poseían los Miranda, una familia de
terratenientes acaudalados. Su vida en territorio nacional, en medio del
pueblo, le enseñará sus costumbres e ideas, otra forma de ver la vida.
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